jueves, 21 de mayo de 2009


Un Amor
sin final

Carmen decide ir al encuentro de Pedro. Se siente muy tranquila de ir porque está segura que la historia terminó muchos meses atrás. Sin embargo, necesita verlo para conlcuir un par de escenas que quedaron inconclusas. Los minutos pasan y se acerca el momento. Empieza a cantar para disipar su mente porque mientras más cerca, más inquieta está. Respira profundamente al divisar la casa. Toca el timbre y Pedro abre la puerta. Ambos se sonrojan al recordar miradas, risas, besos y algo más. Ella trata de disimular y él también. Se miran por un tiempo donde los segundos y minutos no tienen cabida. No hay forma de que oculten el placer de saborear plenamente la sensación de ser hombre y mujer.

Cada uno a su manera representa el personaje del momento. Cada uno trata de ser consciente de cada palabra, cada gesto, cada acto. Creen haberlo logrado. Solo creen. Todo puede suceder ante los ojos de otros, mas no de ellos. Entre ellos hay una corriente que cruza la tierra de derecha a izquierda cuando se observan. Ellos saben que es así. A decir verdad, no ellos, sus almas. Carmen y Pedro quizás algo sospechen pero solo en una mínima proporción.

El amor no muere, solo transmuta. Este reencuentro marca el inicio de una nueva etapa. Ella empieza a bailar dando giros que la llevan a la luna y él se sienta a contemplar la belleza de las estrellas.

Pasan 2 años y desde su rincón, Pedro sonríe con nostalgia recordando ese momento. Se pregunta - ¿que hubiera pasado si la besaba con todo el sentimiento de su corazón? Carmen, por su parte, ese mismo día y a la misma hora, escribe una canción sobre como la gente desperdicia momentos únicos al dejar de vivir un amor solamente porque la razón dice que no es correcto.

Karina Esther

1 comentario:

Félix Amador dijo...

Hay cosas diminutas que nos cambian la vida: un virus invisible, un pequeño despiste que produce un accidente, una mirada de un segundo que nos enamora para siempre, pasar dos segundos después por el lado de la mujer que podría haber sido nuestra vida.....

Tu relato lo describe a la perfección. Felicidades.